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No elijas entre tu piel o tus huesos

  • La protección solar +8 reduce la producción de vitamina D un 95% a nivel de la piel, pero sólo un 10% en sangre.
  • La vitamina D es esencial para nuestros huesos y necesita del sol para producirse, mientras los fotoprotectores previenen del melanoma y el fotoenvejecimiento.

El British Journal of Nutrition publicó hace unos años un estudio sobre los bajos niveles de vitamina D que afectaban ya al 80% de la población mundial. Lejos de lo que podría suponerse, otro estudio, en esta ocasión de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, desveló más tarde que esta deficiencia no solo afecta a poblaciones de zonas en las que las condiciones climáticas o las horas de luz al año son menos favorables, como los países nórdicos, sino que los bajos niveles de este nutriente no se diferencian demasiado de los que presentamos los habitantes del Mediterráneo, pese a que gozan de más horas de luz y mejor climatología durante más tiempo a lo largo del año.

Algunas voces apuntan a que esta deficiencia podría deberse al excesivo celo con el que protegemos nuestra piel de los rayos solares para prevenir el melanoma. Pero la falta de conocimiento al respecto está provocando otro efecto contraproducente, como indica el doctor Álvaro Cabello Santos, dermatólogo de clínica HLA Santa Isabel, quien ya comienza a percibir en su consulta que “actualmente existe una gran controversia respecto al empleo de protectores solares y los niveles en sangre de vitamina D, que lleva a muchos de nuestros pacientes a no usar una correcta fotoprotección ante la preocupación de que su empleo provoque que no se asimile de forma correcta este compuesto, esencial para el mantenimiento y la salud de nuestros huesos”.

¿Qué debemos saber de la vitamina D?

La información sobre los efectos nocivos del sol sobre nuestro cuerpo nos llega cada año desde la primavera y hasta bien adentrado el verano, pero sabemos menos sobre la importancia de la vitamina D y cómo actuar para mantener unos niveles saludables. “La mayor parte de la vitamina D, en torno al 90%, se produce en la piel al exponernos al sol, a la radiación ultravioleta tipo B”, explica el profesional del área de dermatología de HLA Sevilla, “mientras solo un pequeño porcentaje de dicha vitamina lo obtenemos de la dieta, y podemos encontrarla principalmente en los aceites de pescado y, en menor proporción, en lácteos, huevos o mantequillas”.

Esta vitamina favorece la absorción del calcio en nuestro cuerpo y resulta fundamental para la fortaleza de nuestra estructura ósea. Sus bajos índices pueden hacer débiles, frágiles y delgados nuestros huesos, afectando a los niños con síntomas de raquitismo y en adultos con la aparición de osteomalacia. Esta carencia puede perjudicar además los músculos y el sistema inmune, que también se nutren de la vitamina D.

Sí, es posible compaginar una piel saludable y unos huesos fuertes

“Es conocido que el empleo de un crema para el sol con un factor de protección solar (FPS) superior a 8, reduce en un 95% la capacidad de producir vitamina D a nivel de la piel”, pero, para el doctor Cabello Santos es importante hacer especial hincapié en que “a pesar de que estos datos nos harían desestimar el uso de protectores para favorecer a los efectos beneficiosos de la vitamina D, también se ha visto que el descenso de los niveles de este nutriente en sangre solo es de un 10%”.

Por otro lado, “está suficientemente demostrado que exposiciones solares, de entre 5 y 15 minutos al día, que alcancen la cara y los brazos, a lo largo de la primavera, otoño y verano, son suficientes para producir la vitamina D necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro organismo”, asegura el especialista de la piel y agrega que “también existen estudios que avalan que la suplementación oral de vitamina D es preferible, en cuanto a riesgo – beneficio frente a la exposición solar, como fuente de producción del nutriente”.

El galeno de HLA Santa Isabel concluye con que “como dermatólogo, siempre recomiendo el uso de protectores solares adecuados para el tipo de piel del paciente, como pilar principal en la prevención del fotoenvejecimiento y del cáncer cutáneo, independientemente de que dichos productos puedan disminuir parcialmente los niveles de vitamina D de los pacientes. Y que, frente a cualquier duda, se solicite la opinión de un especialista”.


Repercusión:

  • Sevilla Actualidad
  • Guadaíra información
  • Diario de Sevilla
  • Málaga Hoy
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  • EuropaSur
  • El día de Córdoba
  • Granada Hoy
  • Huelva información
  • Diario de Almería
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