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¿Te vas de vacaciones a la playa? Ten en cuenta estos consejos para evitar acabar en Urgencias

  • Las quemaduras, los golpes de calor, la deshidratación o las picaduras son las patologías más comunes que ocurren en las costas.
  • Las playas están rodeadas de mitos, tanto de dolencias falsas como de remedios caseros erróneos.

El mes de agosto es sinónimo de vacaciones, y para huir del calor de Madrid nada mejor que hacer las maletas y poner rumbo a la costa. No obstante, para evitar que la visita a la playa acabe en una visita al hospital, hay que tener en cuenta una serie de situaciones como “las quemaduras, que son la principal causa por la que puedes acabar en el médico”, explica el Dr. Óscar Rodríguez, del Servicio de Urgencias del Hospital HLA Universitario Moncloa, y añade que “estando en el mar, estas aumentan su gravedad, suelen ser de gran tamaño y muy dolorosas”. Ante la duda, se recomienda buscar ayuda profesional, porque si las quemaduras alcanzan un grado 2º, habrá que hacer un tratamiento local, desbridar, tratar las ampollas y se precisará curas de enfermería durante los días sucesivos.

Para evitar que un plácido día de playa acabe en la sala de espera de un centro sanitario, se debe usar protección solar siempre, sin olvidar zonas como las palmas de las manos o plantas de los pies, y usar gafas de sol para proteger tanto el párpado como el propio ojo, porque el sol puede producir conjuntivitis, e incluso acabar desencadenando cataratas. “En la cara hay que ponerse una protección alta, con factor entre 30 y 50+”, señala el profesional, que advierte que “utilizar cremas solares de más de 50 no tiene sentido, porque esta es la máxima protección recomendada”.

Pero en la playa no solo quema el sol, también lo hace la arena, que dependiendo de su color puede alcanzar hasta los 60-70º de temperatura. Una situación que es potencialmente peligrosa en niños pequeños por su piel más fina, en mayores, y en personas que sufren patologías como la diabetes, que producen algún tipo de neuropatía con la que no perciben tanto la temperatura. Para ellos, la solución es sencilla, permanecer siempre calzados hasta casi entrar al agua.

Golpe de calor e insolación no son sinónimos

La deshidratación es otra de las dolencias que pueden darse en la costa, e incluso acabar provocando el fatal golpe de calor, que tal como señala el especialista del HLA Moncloa, no es lo mismo que insolación. Insolación es la exposición en exceso al sol y uno de los efectos del golpe de calor. Este último se produce cuando el organismo no regula bien la temperatura a causa de un choque térmico y se producen una serie de fenómenos, que van desde la piel seca o roja, cefalea, malestar general, calambres, agotamiento por calor, hasta llegar a un nivel bajo de conciencia, empezar a convulsionar y entrar en coma”.

¿Puede ocurrir un golpe de calor dentro del agua? Es raro, pero podría darse si un niño está bañándose en una piscina muy pequeña con muy poca agua y esta está caliente. Los niños y ancianos son los más susceptibles porque tienen peor regulación de su temperatura corporal, y en el caso de los mayores, las probabilidades se incrementan si se están tomando fármacos que pueden predisponer a estos incidentes. Y, tal como afirma el Dr. Rodríguez, “en el caso de que presenciemos un episodio de estas características, hay que poner al afectado en un lugar fresco, sentarlo solo si tiene buen nivel de conciencia e intentar reducir los grados del cuerpo. Además, si está despierto, hay que darle pequeños sorbos de agua, y por prudencia, todos los que presenten estos síntomas deben acudir a Urgencias para mantenerlos en observación”.

Corte de digestión, ¿realidad o ficción?

En esta línea, otro de los problemas que más preocupan es el famoso corte de digestión, que no es otra cosa que un mito. Su término adecuado es hidrocución, que es una reacción del organismo cuando hay una inmersión en agua y se produce un choque térmico por la gran diferencia de temperatura del exterior. Esto puede provocar un síncope, una pérdida de consciencia y si no hay nadie cerca, la persona afectada podría ahogarse. Para evitarlo, hay que entrar siempre paulatinamente al agua.

Tampoco hay que olvidar las infecciones en las playas, como la de orina o de hongos principalmente en mujeres, principalmente por llevar el bañador mojado. Además de las infecciones provocadas por la ingesta de agua, sobre todo en playas concurridas o que no están saneadas correctamente. “Lo más normal es sufrir una gastroenteritis, pero en playas que tienen bacterias por contaminación con aguas fecales se pueden producir cuadros más graves”, especifica el profesional.  

Entierra en la arena los mitos contra las picaduras

No hay verano en que las medusas no tengan su momento protagónico. Desde el Servicio de Urgencias del hospital HLA Universitario Moncloa advierten que los remedios para paliar los síntomas de su picadura están rodeados de mitos basados en las tradiciones populares. “Como, por ejemplo, orinar en la herida, que en realidad tiene un efecto contraproducente porque causaría mayor irritación y acabaría picando más. Tampoco hay que utilizar agua dulce, ya que se puede extender la lesión, ni aplicar barro porque puede producirse una infección. No se recomienda emplear jabón y alcohol ya que irritaría más la zona y extendería la reacción urticariante que produce el veneno de la medusa”.

Lo que sí aconseja el Dr. Óscar Rodríguez, es el uso de una disolución de bicarbonato al 50% con agua del mar para limpiar y retirar los tentáculos que pudieran quedar. El hielo se puede utilizar, pero después de haber limpiado la lesión, y además se podría aplicar una crema de corticoides y antihistamínicos orales, nunca locales, porque estos son fotosensibilizadores y por tanto sensibilizarían más la piel y podrían producir otras lesiones. Tampoco olvidar utilizar fotoprotección en las heridas que han quedado, ya que se trata de una piel nueva que hay que proteger. Y en el caso de reacciones secundarias, como la aparición de más lesiones, un malestar general o una respiración irregular, hay que acudir al hospital.

Otras dolencias como la otitis, más propia de las piscinas,  o los traumatismos por el calzado inadecuado o por la práctica de deportes acuáticos, también son muy comunes en las playas. Por ello, debemos multiplicar las precauciones y realizar estos ejercicios siempre siguiendo los consejos de un instructor.


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